APUNTES
SOBRE LA FUNDACIÓN DEL COLEGIO FERNÁNDEZ GUERRA DE SANTANDER CAUCA, CON LA
COLABORACIÓN DE LA SEÑORA CILIA VELASCO DE MEDINA
Estaba para terminar el
año 1.938, cuando el Señor Julio Fernández Medina, hijo verdaderamente célebre
de esta ciudad de Santander, maestro graduado con lucimiento y decidido apóstol
de la educación , encontrándose ya cargado de años y de dolencias, quiso dar la
última prueba de amor a su tierra natal y a la educación. Esta prueba fue la
donación de de una casa, su casa solariega, y el dinero para comprar las dos
casas adyacentes a fi n de fundar allí
“un colegio para la educación de la mujer pobre Colombiana” así lo dice la
escritura, colegio que se llamará “Julio Fernández Medina, en memoria de mi
difunto padre”
El Honorable Concejo
Municipal de 1.939 comenzó a hacer las primeras gestiones para llevar a feliz
término la voluntad del donante, y para mejor
proceder nombró una junta administradora del legado a la cual dio perfecta autonomía.
La Asamblea
Departamental de 1.940 en su Ordenanza No 2 de 10 de mayo creó oficialmente el
Colegio Fernández Guerra. El pensamiento unánime desde un principio fue poner
el colegio en manos de una Comunidad Religiosa y se pensó en las Reverendas
Madres Franciscanas. Gobernaba entonces la Arquidiócesis de Popayán en calidad
de Administrador Apostólico, por muerte del Excelentísimo Señor Maximiliano
Crespo, el Ilustrísimo Señor Nereo Piedrahita, y gobernaba esta parroquia en
calidad de párroco el Reverendo Padre
Mario Velasco T.
De acuerdo a las dos
autoridades y de acuerdo también con las autoridades civiles hicieron las
primeras peticiones. Después de muchas dificultades, insistencias y evasivas,
al fin se logró la afirmativa de la Reverenda Madre Caridad, Fundadora y
Superiora General de las Franciscanas.
Antes de pasar adelante
bueno es consignar aquí los nombres de las personas, que fuera de las ya
mencionadas, trabajaron activa, entusiasta y desinteresadamente en la fundación
del colegio, traída de las Madres Franciscanas , arreglo y construcción del
local y dotación de los muebles y utensilios necesarios, tales son: Don José
María Lenis, Gobernador del Departamento del Cauca; el Doctor Colatino Prado,
miembro del Honorable Concejo Municipal; Don Guillermo Valencia T. , Rector del
Instituto Técnico y miembro de la Junta Administradora del legado Fernández
Medina; Don Héctor Velasco C. entonces síndico parroquial y miembro de la Junta
Administradora del legado Fernández Medina; para ellos piden la justicia y el
patriotismo eterna gratitud.
El jueves 30 de enero
de 1.941 se despertó la ciudad con un
movimiento y una actividad muy contrarios a su ordinario quietismo y
tranquilidad: señores y señoras que se cruzaban, autoridades que mandaban,
escolares y colegiales que se ponían de parada, y todo para preparar un
recibimiento muy lúcido a las Madres Franciscanas, que debían llegar ese día, a
las once de la mañana, según los cálculos más probables, pero como es flaca
sobremanera toda humana previsión, he aquí que a las nueve de la mañana pitó un autobús en la plaza y ahí venían con
todo su equipaje las cinco Madres que venían a fundar el colegio.
Inmediatamente voló las noticias por los cuatro puntos cardinales y en pocos
momentos se vio la casa llena de gentes de toda edad, sexo y condición que allí
saciaron su curiosidad de conocer a las nuevas religiosas, les prestaron
oportuna ayuda en el descargar y acomodar cajas y maletas, les ofrecieron sus
servicios y se sintieron contentas y satisfechas al ver realizados sus deseos.
Ya estaban, pues, las
Madres en Santander, pero la inauguración oficial del colegio se demoró hasta
el domingo 2 de febrero. Eses día a la una de la tarde, en medio de una gran
concurrencia y con toda la solemnidad del caso, bajo palio fue llevado el
Santísimo Sacramento de la iglesia parroquial de san Antonio, a la nueva casa
la cual quedó confirmada eclesiásticamente con el nombre “Convento de la Candelaria” en memoria de la fiesta de la
iglesia en dicho día. En esta misma fecha se abrieron las matrículas del
colegio, pero como estaba muy avanzado el año escolar, se comenzó únicamente
con un curso preparatorio, en el cual se matricularon veintidós alumnas.
Fueron fundadoras de
esta casa las religiosas siguientes: Madre Virginia, Superiora; madre Stella,
profesora de música e idiomas; Madre Teopista, profesora de ciencias y
matemáticas; Madre Vicenta, profesora de costura y labores; Madre Bertilda,
para manejar el interior de la casa.
En el mes de julio
siguiente presentaron las alumnas un examen que dejó pasmados a los calificadores
y a todos los concurrentes.
En octubre comenzó a
funcionar regularmente el primer año de secundaria con treinta y tres alumnas.
Le tocó iniciar este curso a la muy simpática Madre Hildegardis, quien vino
como Superiora a reemplazar a la Madre Virginia. Como Directora del colegio
vino la Madre Tirsa en reemplazo de la Madre Teopista.
Con los escasos
auxilios nacionales y los más escasos de nuestro pobre Departamento la Junta
Administradora ha seguido adelantando lentamente la construcción del nuevo edificio,
mejorando el antiguo y dotando al colegio del material indispensable. En un
principio hubo que lamentar mucho el que la pared de por medio con el colegio y
en la puerta contigua al establecimiento estuviera nada menos que el estanco de
la ciudad con todos los espectáculos alcohólicos que en tales lugares ofrecen a
la vista, al oído y al olfato. Por la gracia de Dios y los reclamos incesantes
ese mal vecino fue trasladado a otro barrio y que sus salones pasaron a
ensanchar el colegio, y así donde antes dilataban su robusto abdomen las cubas
y las pipas y estiraban sus cuellos las botellas tentadoras, hoy se asientan
los pupitres llenos de libros y cuadernos y abre sus brazos el crucifijo
salvador.
Estando para terminar
la cuaresma del año 1.943, el Excelentísimo Señor Arzobispo Juan Manuel
González A., recién posesionado de la Arquidiócesis de Popayán, nombró como
Capellán del colegio al Padre Arcadio Velasco T., quien dedicó todos sus
talentos al mejoramiento espiritual y material del colegio.
NOTA: Estos apuntes
carecen de firma responsable, fueron suministrados por la Sra Cilia Velasco a
la Fundación Social Ser Quilichao, quien por estilo y el origen de la persona
que se lo obsequió manifiesta ser
autoría al parecer del Presbítero Mario Velasco Tello, este documento se obtuvo
por la oportuna intervención y colaboración de la Sra Esther Prieto Fernández y
digitados por el Magister: LUIS EDUARDO VARGAS ESCUÉ el 9 de septiembre/2011